miércoles, 13 de enero de 2010

¿Recuerdas algún momento de esos en los que piensas ¡Tierra trágame!

Yo soy muy dada a meter la pata así que podría escribir al menos una docena de situaciones embarazosas de las que desgracidadamente soy protagonista. Valdrá creo con dos.
Encontrándome a un conocido y viéndole favorecido con la ropa que llevaba aquel día se me ocurre decirle un halago simple
-¿No sueles vestir así de negro? Pues te queda muy bien
Contestación:
-No lo llevo por gusto, es que murió mi padre la semana pasada.

En plena revisión del gas en la cocina, el técnico jovencito y bien parecido. Entra mi hijo, pasa al baño, se arregla frente al espejo y yo situada en el umbral de una puerta, a un lado el del gas, del lado opuesto mi hijo, pero ambos ignorando la presencia del otro. Le digo a mi retoño:
-¡Estas guapo, pero que muy guapo!
Mi hijo sonríe desde el baño pero no dice nada.
-Gracias señora, se agradece el piropo
Contesta desde la cocina el del gas
No tuve ni fuerzas para aclararle que no iba con él.

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