Hay personas y lugares sobre los que Dios pone su mano para dejar ver su grandeza, su poder y su fuerza.
La Catedral de Justo y el mismo son buena muestra de ello. Solo así puede entenderse lo que allí se ve, se siente y se respira.
Resumiendo esta historia fabulosa diremos que Don Justo Gallego, un agricultor de gran devoción lleva casi 50 años construyendo un templo que ocupa mas de 4000 metros cuadrados con sus propias manos. Sin formación como arquitecto, sin planos, sin maquinaria,con materiales primarios y defectuosos, sin ayuda, solo con la fuerza de su alma, de su fe y de su deseo de agradar a Dios.
¿Que poderoso sentimiento lleva a un hombre a consagrar su vida a levantar un templo como única dedicación durante la mayor parte de su vida?
¿Quien haría tal cosa sin mas motivo que el propio gozo de verla alzada para mayor gloria del Señor?
¿Quien en los tiempos que corren sacrificaría el valor material de un terreno que vale mas de un millón de euros?
Ochenta y seis años tiene Don Justo Gallego, dedica quince horas diarias a construir su catedral mientras la gente corriente joven y de mediana edad se queja amargamente de una jornada de trabajo que al fin y al cabo nos proporciona un salario, unas vacaciones, un capricho.
Hay gente que ve tan impresionante conjunto y se sorprende y admira un momento, el de la visita y pronto deja de pensar en el lugar y en el hombre. Yo no puedo, me da vueltas la cabeza cuando intento comprenderlo, me siento muy pobre de alma si me comparo, me reconozco débil e insignificante ante tal fenómeno y ante la humildad del protagonista.
La diócesis encargada de reconocer esta obra como iglesia, catedral o templo no debe de verlo de este modo puesto que no reconoce la construcción como tal. No deben de haberse molestado mucho en respirar entre esos muros pues de lo contrario habrían sentido que solo puede ser por gusto de Dios que este hombre salte por alto, la placidez, el bienestar, el dinero, el reposo y lo cambie por dificultad, trabajo, tesón, compromiso y amor.
Yo personalmente recomiendo que se acerquen a verlo, que mediten entre aquellas torres, que miren la cúpula y observen la dificultad extrema de alzar aquello sin medios, ni estudios ni el vigor de un cuerpo joven. Que recorran cada palmo del bendito lugar y se sientan honrados como yo por tener la suerte de contemplar algo extraordinario.
Rezo por Don Justo, que Dios le siga proporcionando la salud necesaria para continuar tan singular ofrenda, rezo y pido que si las fuerzas le fallan un día que ya se que la fe no le va a fallar, esta Catedral única sea terminada según el la tiene en mente. Que la codicia del dinero no destruya el tributo de amor, de entrega y dedicación de este hombre único.
La Catedral de Justo y el mismo son buena muestra de ello. Solo así puede entenderse lo que allí se ve, se siente y se respira.
Resumiendo esta historia fabulosa diremos que Don Justo Gallego, un agricultor de gran devoción lleva casi 50 años construyendo un templo que ocupa mas de 4000 metros cuadrados con sus propias manos. Sin formación como arquitecto, sin planos, sin maquinaria,con materiales primarios y defectuosos, sin ayuda, solo con la fuerza de su alma, de su fe y de su deseo de agradar a Dios.
¿Que poderoso sentimiento lleva a un hombre a consagrar su vida a levantar un templo como única dedicación durante la mayor parte de su vida?
¿Quien haría tal cosa sin mas motivo que el propio gozo de verla alzada para mayor gloria del Señor?
¿Quien en los tiempos que corren sacrificaría el valor material de un terreno que vale mas de un millón de euros?
Ochenta y seis años tiene Don Justo Gallego, dedica quince horas diarias a construir su catedral mientras la gente corriente joven y de mediana edad se queja amargamente de una jornada de trabajo que al fin y al cabo nos proporciona un salario, unas vacaciones, un capricho.
Hay gente que ve tan impresionante conjunto y se sorprende y admira un momento, el de la visita y pronto deja de pensar en el lugar y en el hombre. Yo no puedo, me da vueltas la cabeza cuando intento comprenderlo, me siento muy pobre de alma si me comparo, me reconozco débil e insignificante ante tal fenómeno y ante la humildad del protagonista.
La diócesis encargada de reconocer esta obra como iglesia, catedral o templo no debe de verlo de este modo puesto que no reconoce la construcción como tal. No deben de haberse molestado mucho en respirar entre esos muros pues de lo contrario habrían sentido que solo puede ser por gusto de Dios que este hombre salte por alto, la placidez, el bienestar, el dinero, el reposo y lo cambie por dificultad, trabajo, tesón, compromiso y amor.
Yo personalmente recomiendo que se acerquen a verlo, que mediten entre aquellas torres, que miren la cúpula y observen la dificultad extrema de alzar aquello sin medios, ni estudios ni el vigor de un cuerpo joven. Que recorran cada palmo del bendito lugar y se sientan honrados como yo por tener la suerte de contemplar algo extraordinario.
Rezo por Don Justo, que Dios le siga proporcionando la salud necesaria para continuar tan singular ofrenda, rezo y pido que si las fuerzas le fallan un día que ya se que la fe no le va a fallar, esta Catedral única sea terminada según el la tiene en mente. Que la codicia del dinero no destruya el tributo de amor, de entrega y dedicación de este hombre único.
2 comentarios:
It is the milk, go currele that brings the old man! When I grow up I want to be like Justo. For now I'll train with the Legos.
The cabron boy.
Nosotros estuvimos visitando su obra hace meses y nos quedamos realmente impresionadas. Es maravilloso y Don Justo transmite como el lugar que ha construído paz y sosiego ya que a todo el mundo abre los brazos y no hace un mal gesto a cualquiera que le quiere fotografiar aunque el esté en su trabajo ya que la dedicación es plena. Que Dios continue ayudándole porque se lo merece.
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