sábado, 14 de julio de 2012

AQUEL TERRIBLE DIA DE HACE 15 AÑOS

Estoy viendo un programa homenaje, recordatorio a la persona de Miguel Angel Blanco. Recuerdo muy bien aquel día,el de su vil asesinato
Trabajé por la mañana como todos los sábados pero con la amargura que llevábamos dos dias amasando
con el alma encogida y la mente en vilo por el secuestro de este muchacho. Después de comer, en la sobremesa, el mal postre fué que no había una buena noticia en los informativos, que se presagiaba lo peor, que se agotaba el tiempo señalado por estos desalmados. Me fuí a hacer la compra semanal en el supermercado, mi hijo pequeño, se quedaba con su padre y yo me iba con el cuerpo descompuesto de terror y de ira, no me quedaba mas remedio que salir aunque no tenía ánimo para otra cosa que para intertar controlar la rabia. Recuerdo que la ciudad estaba anestesiada, solo en otra ocasión he visto a Madrid dormido en pleno día. El 11 de Marzo de 2004, otra fecha terrible y de duro recuerdo.
Hice la compra rápido, apenas me daba cuenta de lo que ponía en la lista de mis necesidades, las caras de todo el mundo eran igual a la mía, desolados los rostros, cansinos los movimientos, tristes y temerosos los corazones. La gente caminaba por la calle como sin rumbo, el silencio era casi irreal en una ciudad llena de vida y bullicio habitualmente.Las calles casi desiertas, todo el mundo pendiente de las noticias.
Camino a casa, arrastrando el carro de la compra, pude ver la tragedia en los letreros de un televisor de un bar. Me quedé parada, las lágrimas me tomaron el rostro, no pude evitar pensar si este pobre chico sería consciente de que lo iban a matar, su familia también asaltó mis pensamientos y supuse, solo supuse el dolor y la sinrazón que se había colado en sus vidas para siempre.
Cuando llegué a casa abracé a mi hijo llorando, le abracé fuerte como si también a mi me hubieran quitado la tranquilidad de verle crecer sin que nadie que no sea Dios disponga de su vida.
Todas y cada una de las víctimas del terrorismo son dignas de recuerdo, homenaje y respeto pero esta muerte nos dolió mas que ninguna otra, nos hizo mas conscientes de las alimañas con las que convivíamos, nos dió la dimensión real de la palabra asesino.
Estas escorias vivas que jamas debieron nacer también mataron sin matar, recordemos el terrible secuestro de Ortega Lara casi enterrado en vida, casi aniquilado para siempre de no ser por su fortaleza y su esperanza de no sucumbir.
Años después tuvimos que ver a los asesinos riendo en el juicio, sé que hoy dia casi nadie está a favor de la pena de muerte pero yo habria sido y sería a dia de hoy una de las que apretaria el botón para que quien volaran por los aires fuesen ellos, mejor aún, los encerraria en unode sus zulos y tiraria la llave al mar.
No me vale eso de que matarlos es ser como ellos, no tiene el mismo derecho a la vida un asesino frio y despiadado que un inocente.
Yo no los llamo hijos de puta, a los hijos de puta puedo incluso respetarlos de algún modo, estos tienen un solo denominador ASESINOS, así es como hay que llamarlos por ser esta su profesión, su diversión y su máxima en la vida.No deben ser perdonados jamas, no deben ser ayudados jamas, no deben ser tratados como un igual jamas.
Hoy, quince años después, he rezado una oración por Miguel Angel, y quisiera decirle que esté donde esté desde aquel día y hasta siempre todos los hombres y las mujeres de bien lo tenemos presente, que aquel día, todo un pais. ESPAÑA, fuimos su familia. Descanse en paz.

1 comentario:

Merce dijo...

Fue un día terrible, es cierto, y el paso de los años creo que no ha mitigado el dolor del recuerdo de todo lo que pasó aquel día... por desgracia fué lamentable, horroroso, yo también lo tengo latente en mi memoria y opino como tú, esos ASESINOS no tienen que tener perdón ni misericordia ni derecho a nada pero a la palabra JUSTICIA en nuestro país la queda mucho que aprender y a los que dictaminan las sentencias más todavia.... Donde esté Miguel Angel seguro que en un buen sitio, le mando un beso y mi oración también es para el.